Os dejo una nueva reseña de 'El chico que vivía encerrado en una habitación' ('Terror en la red I', Edebé), de Mónica Rojo en
¿Qué chico o chica de más de 12 años no tiene
Facebook hoy en día? Quizás solo aquellos a quienes sus padres se lo
tienen prohibido. Pero incluso éstos, puede que tengan una cuenta
“secreta”, a escondidas de los padres. Para los niños y niñas – o mejor
dicho, chicos y chicas- las redes sociales son un medio cada vez más
habitual para comunicarse; con personas conocidas, pero a menudo también
con desconocidos. Es por ello que escribir una novela juvenil que tenga
Facebook como protagonista es una buena idea para captar lectores. Y en
este caso, la han tenido dos periodistas y escritores:
Álvaro Colomer y
Antonio Lozano. A cuatro manos han escrito
El chico que vivía encerrado en una habitación, la primera entrega de la trilogía “Terror en la red”, que publica
edebé.

"El chico que vivía encerrado en una habitación", edebé
El punto de partida de la novela es bien sencillo. Una chica de 12
años, que vive con su tía, cada día se escribe mensajes por el Facebook
con su hermano mayor, que estudia en la universidad y ya no vive con
ellas. Pero un día el chico no contesta; y al siguiente, tampoco. Así
que Nerea empieza a investigar en el Facebook y se da cuenta de algo que
la extraña. En seguida envía un email a un desconocido: ”Hola, me llamo
Nerea y te escribo porque mi hermano ha desaparecido. He encontrado tu
nombre entre una serie de personas que tenía agregado a
La Sombra como amigo. Lo último que hizo mi hermano antes de dejar de dar señales de vida fue agregar a esa
Sombra
a su lista de amigos. Si no me equivoco, todos los que la agregaron
permanecen inactivos. Excepto tú. Por favor, ponte en contacto conmigo
urgentemente. Estoy un poco asustada. Muchas gracias.”
"Hola, me llamo Nerea y te escribo porque mi hermano ha desaparecido."
Así es como Nerea conoce a Derek, el chico que vive encerrado en una
habitación porque padece agorafobia. Este enfermedad no le permite salir
de su habitación desde hace algún tiempo, pero también ha provocado que
sus habilidades informáticas hayan mejorado tanto, que será de gran
ayuda en la “investigación” de Nerea. Y posiblemente, como suele ocurrir
entre un chico y una chica de esta edad, de esta colaboración surja
algo más.
De este modo, la trilogía
Terror en la red cuenta con al
menos tres ingredientes esenciales para captar a un lector a partir de
12 años: las redes sociales, la atracción entre un chico y una chica, y
unos capítulos no excesivamente largos, que se leen de forma ágil. Para
ponerle alguna pega diré que quizás al estilo literario le falta ser un
poco más fresco, más juvenil y cercano a un lector pre-adolescente. Por
lo demás, solo me queda añadir que esperaré impaciente al segundo y
tercer volumen de la trilogía.