Me encanta que no dejéis de enviarme nuevas e interesantes reflexiones sobre los peligros de las redes sociales. Me gusta aun más que tanto chicos como chicas nos estéis enviando opiniones. Hoy, Jaime, de 15 años, nos dice lo siguiente:
“Yo me enganché a Facebook desde el primer día y de
una forma tan bestia que mis padres acabaron preocupándose. Siempre que tenía
un momento me conectaba y podía pasarme horas frente a la pantalla. La cosa se
puso seria y empezó a afectar a mi
rendimiento en el colegio. Lo más
ridículo es que dejé de pasar tiempo con mis amigos de carne y hueso para
dedicárselo a completos desconocidos. Al final entendí que debía bajar el ritmo
por mi propio bien. Sigo metido en Facebook pero me lo tomo con calma. He
dejado de ser “el chico encerrado en una habitación” J.
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